La protección solar es esencial para prevenir daños a largo plazo en la piel, incluidos el envejecimiento prematuro, las manchas solares y el cáncer de piel. Un protector solar de amplio espectro protege contra los rayos UVA y UVB, que son responsables del envejecimiento y las quemaduras solares, respectivamente.
Es importante aplicar una cantidad generosa, aproximadamente una cucharadita para el rostro y dos cucharadas para el cuerpo, 15 minutos antes de la exposición al sol. No olvides reaplicar cada dos horas, o con mayor frecuencia si estás sudando o nadando.
Además de la aplicación tópica, considera el uso de ropa protectora, sombreros de ala ancha y gafas de sol para una protección adicional. Incluso en días nublados, hasta el 80% de los rayos UV pueden atravesar las nubes, por lo que el uso diario de protector solar es crucial para mantener la salud de tu piel a largo plazo.