Mantener la piel hidratada es esencial para preservar su elasticidad y barrera protectora. La hidratación ayuda a prevenir la sequedad, irritación y descamación, y es vital para todos los tipos de piel, incluso las pieles grasas. Usa una crema o loción humectante adecuada para tu tipo de piel, aplicándola mientras la piel aún está ligeramente húmeda después de la limpieza, para sellar la humedad.
Los ingredientes como el ácido hialurónico, la glicerina y la ceramida son excelentes para atraer y retener la humedad. En invierno, cuando el aire es más seco, es posible que necesites una fórmula más rica, mientras que en verano, una loción más ligera puede ser suficiente.
La hidratación no solo se aplica a la piel del rostro, sino también al cuerpo. Aplica una crema hidratante corporal después del baño para mantener la piel suave y flexible.