Evita tocarte la cara

Tocar la cara con las manos puede transferir bacterias, aceite y suciedad que pueden obstruir los poros y provocar brotes de acné. Además, manipular y apretar los granos puede causar cicatrices, infecciones y un mayor riesgo de inflamación. Mantén tus manos limpias y evita tocarte la cara a menos que sea absolutamente necesario, como durante la aplicación de productos de cuidado de la piel.

Si necesitas manipular algún brote, utiliza herramientas esterilizadas y sigue las recomendaciones de un dermatólogo para minimizar el daño. La higiene de los objetos que tocan tu cara, como el teléfono móvil, las gafas y las fundas de almohada, también es crucial.

Lávalos y desinféctalos regularmente para evitar la acumulación de bacterias y suciedad que puedan transferirse a la piel.