Evita el exceso de alcohol

El consumo excesivo de alcohol puede deshidratar la piel, ya que actúa como un diurético, aumentando la producción de orina y, por ende, la pérdida de agua en el cuerpo. Esto puede hacer que la piel se vea seca, apagada y más propensa a las arrugas.

Además, el alcohol puede dilatar los vasos sanguíneos en la piel, provocando enrojecimiento y empeorando condiciones como la rosácea. El consumo regular de grandes cantidades de alcohol también puede afectar negativamente al hígado, lo que puede reflejarse en problemas cutáneos como el acné y la inflamación. Es recomendable limitar el consumo de alcohol y optar por bebidas más saludables como agua, infusiones y jugos naturales.

Mantenerse bien hidratado es esencial para una piel saludable, por lo que beber suficiente agua a lo largo del día es fundamental para mantener la hidratación interna y externa.