La piel refleja lo que consumes, por lo que una dieta equilibrada es fundamental para su salud. Los antioxidantes presentes en frutas y verduras como las vitaminas A, C y E ayudan a combatir los radicales libres que dañan las células de la piel. Las grasas saludables, como las que se encuentran en el aguacate, los frutos secos y el pescado graso, proporcionan ácidos grasos esenciales que mantienen la barrera cutánea fuerte y flexible.
Las proteínas magras, como las del pollo, el pavo y los huevos, son esenciales para la reparación y regeneración celular. Evita los alimentos procesados, ricos en azúcares y grasas trans, ya que pueden provocar inflamación y empeorar problemas cutáneos como el acné. Beber suficiente agua también es crucial para mantener la piel hidratada desde el interior.
Una dieta balanceada no solo mejora la salud de la piel, sino que también beneficia tu salud general y bienestar.